El padre Gustavo Gutiérrez Merino, padre de la Teología de la liberación y profesor emérito del Departamento de Teología de la PUCP, ha partido a los 96 años de edad.
Esta noticia es difícil de procesar, no solo porque el padre Gustavo es un hito del pensamiento crítico latinoamericano y de la teología contemporánea. Ante todo, la vida de este peruano universal está entretejida con la historia de nuestra Universidad y de su Departamento de Teología, siendo uno de los miembros más ilustres y queridos de nuestra comunidad.
En 1960, empezó a dictar en la PUCP, al inicio en la Facultad de Letras y luego en la recién creada Facultad de Ciencias Sociales. En el espíritu del Vaticano II, defendió la postura de presentar la materia como teología y no religión para resaltar su naturaleza como reflexión sobre la fe y disciplina intelectual en diálogo con la cultura contemporánea, distanciándose de un enfoque catequético. Esta convicción se plasmó en sus clases que eran estimulantes encuentros, donde la fe cristiana se ponía en conversación con las corrientes intelectuales del momento, como el existencialismo, el psicoanálisis y el marxismo, así como empleaba el cine y otras manifestaciones culturales para pensar la condición humana y la realidad social.
Contribuyó en la formación del Departamento de Teología en 1969, haciendo equipo con una generación de profesores cuya labor teológico-pastoral estuvo marcada por la conferencia de Medellín y la perspectiva de la teología de la liberación. El padre Gustavo y los teólogos de la PUCP se vincularon con movimientos laicales y comunidades de base en la búsqueda de encarnar una opción preferencial por los pobres que contribuya a su liberación integral y la construcción de estructuras sociales más justas. De manera particular, el padre Gustavo brindó un servicio invaluable a la Iglesia peruana como director y charlista de las Jornadas de Reflexión Teológica, iniciativa de formación realizada de manera ininterrumpida entre 1971 y 2000, que convocó a miles de agentes pastorales cada mes de febrero.
Al padre Gustavo le debemos que la justicia social, la defensa de los derechos humanos y la lucha contra las desigualdades sean rasgos fundamentales de la identidad de la PUCP y que cada vez tengan mayor presencia en la formación académica, la investigación y la responsabilidad social universitaria. Sus escritos y, sobre todo, su testimonio de vida han sido inspiración para construir una Universidad comprometida con la sociedad peruana y, especialmente, con los más excluidos del país.
Por sus extraordinarios aportes a la comunidad universitaria, el padre Gustavo fue designado profesor emérito en 2003 y recibió la medalla de honor Padre Jorge Dintilhac en 2010. En 2021, por los 50 años de la publicación de su libro Teología de la Liberación, la Universidad le rindió un homenaje a través de un congreso internacional y Punto Edu le dedicó un especial que puede ser consultado en este enlace.
Unidos al duelo de tantas personas, comunidades y organizaciones en quienes el padre Gustavo dejó huella, desde el Departamento de Teología, damos gracias por el ejemplar testimonio de nuestro colega como intelectual, profesor universitario y discípulo de Cristo.
En los tiempos desoladores que se viven en el país, una vida tan fecunda como la del padre Gustavo es motivo de gratitud y esperanza. Y también un llamado al compromiso para mantener viva su memoria y abrir caminos para recrear su apuesta por la opción preferencial por los excluidos y una teología que anime procesos humanizadores en nuestro aquí y ahora.
Les invitamos a leer el obituario publicado por PuntoEdu a través del siguiente enlace:
Semblanza del padre Gustavo Gutiérrez Merino, O.P. (1928-2024)
Sacerdote dominico. Realizó estudios de Filosofía y Psicología en la Universidad Católica de Lovaina, de Teología en la Universidad Católica de Lyon, donde se doctoró. Con una larga trayectoria pastoral en el Perú como asesor en la Unión Nacional de Estudiantes Católicos y en la parroquia de Cristo Redentor (Rímac), ha combinado siempre esta tarea con una fructífera reflexión teológica.
Autor de Teología de la Liberación. Perspectivas (1971) traducida a trece idiomas, y, sin lugar a dudas, un libro que ha marcado profundamente el desarrollo del pensamiento teológico y la historia de la Iglesia en América Latina en el siglo XX. Entre sus decenas de libros destacan Beber en su propio pozo (1983), Hablar de Dios desde el sufrimiento del inocente (1986), El Dios de la vida (1989) y En busca de los pobres de Jesucristo. El pensamiento de Bartolomé de Las Casas (1992).
Además de su labor docente en la PUCP, ha sido profesor de teología de la Universidad de Notre Dame, en Estados Unidos y profesor invitado de la Pontificia Universidad Santo Tomás de Aquino de Roma (Angelicum). Es asimismo fundador del Centro de Estudios y Publicaciones y del Instituto Bartolomé de Las Casas.
Ha recibido el Premio Príncipe de Asturias 2003 en la mención Comunicación y Humanidades, y ha sido nombrado Doctor Honoris Causa por numerosas universidades a nivel mundial. A mediados del 2010 recibió el título de Maestro en Sacra Teología en la Orden Dominica y en el 2012 el Premio Nacional de Cultura del Perú en la categoría Trayectoria y el Premio “Pacem in terris”.
FOTO: PuntoEdu